Con la llegada del frío, muchas personas buscan soluciones rápidas para calentar sus hogares sin obras ni instalaciones costosas. Entre las opciones más populares están las estufas de parafina (queroseno), que prometen calor inmediato y buena autonomía, incluso sin enchufe en algunos modelos.
Pero ¿realmente son una buena alternativa? Aunque ofrecen ventajas claras, también implican riesgos si no se usan correctamente: consumen oxígeno, generan gases y pueden producir olor.
En este artículo te contamos cómo funcionan, sus pros y contras reales, qué precauciones debes tener y cuándo compensa elegirlas frente a otras alternativas.

Qué es una estufa de parafina y tipos

Una estufa de parafina quema queroseno (parafina líquida) para generar calor. No necesita obra: basta con llenar el depósito, encenderlo y listo. A cambio, consume oxígeno y produce gases de combustión (CO₂, vapor de agua y, si la combustión es deficiente, algo de CO). Por eso siempre debe usarse con ventilación adecuada y combustible de calidad.

El calor se transmite por: convección (calienta el aire de la estancia) y radiación (emite calor desde el frente de la estufa). Al ser portátil, calienta rápido estancias medianas y puntuales.

Tipos de estufa de parafina

1. De mecha
Funciona sin enchufe (solo necesita pilas para encender) y se regula manualmente subiendo o bajando la mecha.
Para quién va bien: uso puntual, casas con cortes de luz, presupuesto ajustado.
Pros: muy portátil, sirve sin electricidad, precio más bajo.
Contras: más olor al encender/apagar, control de temperatura menos preciso, exige limpieza y cambio de mecha.

2. Electrónica
Necesita enchufe y tiene control electrónico y ventilador para modular la potencia con precisión.
Para quién va bien: estancias usadas a diario, temperatura estable, menos olores.
Pros: arranque limpio, temperatura estable, más seguridad (sensores, apagado automático).
Contras: depende de la red eléctrica, algo de ruido por ventilador, precio más alto.

Por qué puede ser una buena opción

Las estufas de parafina siguen teniendo sentido en muchos hogares porque dan calor rápido, no requieren instalación y su consumo es moderado. Son una buena opción cuando necesitas calentar una zona concreta y no quieres depender de radiadores o gas. Sus ventajas principales son:

  • Calor inmediato: en pocos minutos alcanzan su temperatura de trabajo. Ideales para espacios medianos donde se busca confort rápido, como salones, garajes o segundas residencias.
  • Portátiles y sin obra: solo necesitas un sitio estable y ventilado. No requieren tubos, salida de humos ni instalación fija. Puedes moverla de una estancia a otra con facilidad.
  • Coste razonable por hora: la parafina es un combustible con alto poder calorífico. Aunque el litro parece caro, su rendimiento por hora es bueno. Además, el consumo varía según la potencia: un modelo de 3 kW ronda 0,2–0,3 litros por hora.
  • Independientes del suministro eléctrico: las de mecha funcionan sin enchufe, lo que las hace útiles durante cortes de luz o en lugares sin red eléctrica.
  • Limpieza y mantenimiento simples: solo hay que rellenar el depósito, limpiar el cristal y revisar la mecha o los filtros (según modelo). Con combustible de calidad, apenas generan residuos.

Contras y precauciones

Aunque son prácticas y eficientes, las estufas de parafina no son para todo el mundo. Funcionan con combustión real, por lo que requieren ciertos cuidados y condiciones de uso para ser seguras y cómodas:

  • Necesitan ventilación: durante la combustión consumen oxígeno y liberan CO₂ y vapor de agua. Si la habitación es muy pequeña o está cerrada, el ambiente se carga y puede aparecer condensación o sensación de bochorno. Lo ideal es ventilar unos minutos cada hora.
  • Pueden generar olor: sobre todo al encender o apagar, o si el combustible es de baja calidad. Las electrónicas lo reducen bastante, pero el olor nunca desaparece del todo. Usar parafina pura y específica para estufas ayuda a minimizarlo.
  • Requieren precaución en la manipulación: la parafina es inflamable. Siempre se debe llenar el depósito con la estufa apagada y fría, lejos de fuentes de calor o llamas. Además, conviene guardar el combustible bien cerrado y ventilado, fuera del alcance de niños o mascotas.
  • No sustituyen a un sistema de calefacción fijo: están pensadas para un uso puntual o de apoyo. Si se usan muchas horas seguidas, generan exceso de humedad y necesitan reposición frecuente de combustible.
  • Emiten algo de ruido y calor localizado: en los modelos electrónicos puede escucharse el ventilador, y en los de mecha el calor se concentra justo delante del aparato.

¿Cuándo compensa y alternativas?

La estufa de parafina compensa si quieres calor rápido, uso puntual y sin instalación. No es la mejor opción para calentar muchas horas al día ni para habitaciones pequeñas o muy estancas.

La estufa de parafina es una buena opción si buscas calor rápido, uso puntual y sin instalación. En cambio, no es la mejor alternativa para calentar muchas horas al día, ni para habitaciones pequeñas o muy estancas, donde la ventilación es limitada y el consumo de oxígeno puede ser un problema.

¿En qué casos compensa?

  • Estancias medianas usadas por horas (salón, garaje, segunda vivienda).
  • Necesitas portabilidad o te viene bien que funcione sin enchufe (modelos de mecha).
  • Buscas arranque rápido y no quieres obras.

¿Cuándo evitarla?

  • Habitaciones pequeñas o con poca ventilación.
  • Uso continuo muchas horas al día (mejor un sistema fijo).
  • Si el olor o la humedad te resultan muy molestos.

Alternativas rápidas

Si la estufa de parafina no encaja con tus necesidades, estas opciones pueden ser más adecuadas:

  • Bomba de calor / aire acondicionado: muy eficiente en consumo (ahorro en kWh), ideal para uso diario y mantener la casa caliente. Requiere instalación y conexión eléctrica.
  • Estufa de butano (catalítica o infrarrojos): ofrece calor alto y rápido, pero también necesita ventilación. Las botellas son pesadas y genera condensación similar a la parafina.
  • Estufas eléctricas (convector, aceite, cerámica): cero emisiones interiores y sin olores, aunque el consumo en kWh es mayor si se usan muchas horas.
  • Estufa de pellet: eficiente y agradable, pero necesita instalación, salida de humos y más mantenimiento.