¿Qué tipos de bombillas son mejores?
Desde el año 2012 la Unión Europea no permite la venta de bombillas incandescentes. La tecnología energética y lumínica avanza a pasos agigantados en la búsqueda de modelos cada vez más sostenibles y compatibles con el cuidado del medioambiente. En la actualidad, los tipos de lámparas más utilizados son los tubos LED, conocidos como bombillas de diodo emisor de luz, y los tubos CFL, es decir, las lámparas fluorescentes compactas.
Saber cómo funcionan estos diferentes tipos de bombillas te ayudará a tomar la decisión de compra más adecuada para el espacio concreto que quieres iluminar y, además, podrás ahorrar en tu factura eléctrica.
¿Cómo funcionan las bombillas de bajo consumo?
Las bombillas incandescentes, también conocidas como bombillas de rosca, venían en forma de pera y se comercializaron desde que Thomas Edison creó la bombilla de filamento de carbono en 1879. En estas bombillas, la electricidad pasaba a través de un filamento que se calienta hasta el punto de producir luz. Alrededor del 95% de esta energía generada, se perdía en forma de calor y solo el 5% se aprovechaba para la luz, de ahí su bajísima eficiencia energética.
Las bombillas CFL, es decir, bombillas fluorescentes compactas, normalmente tienen forma de tubo en espiral, conectado a una base atornillable. No obstante, hoy en día, con la innovación del diseño, las más nuevas reemplazan este estilo de bombilla de luz rizada por una forma más tradicional, similar a la bombilla incandescente de toda la vida. Estas lámparas fluorescentes compactas, tienen dos electrodos en los extremos del tubo de gas que está recubierto de fósforo y a través del cual fluye la corriente eléctrica. Cuando la energía golpea esta capa de fósforo, se origina la luz. La reacción tarda entre 3 y 30 segundos en ocurrir, por eso muchas veces vemos cómo los tubos parpadean o tardan en arrancar por primera vez.
Las bombillas LED, o de diodo emisor de luz, son consideradas como las más novedosas a nivel tecnológico. Estas bombillas que antes solo se comercializaban en forma de tubo alargado, ahora están disponibles en casi todas las formas y tamaños imaginables, incluidas en formato de cuerdas flexibles para la típica decoración a lo largo de las paredes. En este caso, las bombillas LED producen la luz cuando la energía pasa a través del diodo, que es semiconductor, lo que solo permite pasar la electricidad en una dirección. Esta electroluminiscencia repetirá es lo que produce la luz.
Las bombillas LED son más eficientes que las CFL
Dentro de las bombillas de bajo consumo, las LED ganan por goleada a cualquier otro tipo si prestamos atención tanto a su coste de compra, su vida útil y su eficiencia energética.
¿Las luces LED ayudan a ahorrar energía?
El salto de las bombillas incandescentes a las CFL, permitió un ahorro de energía entre el 25 y 35%. Actualmente, si las comparamos con unas LED, estas podrían ahorrar hasta un 75%.
No es de extrañar que el empleo de luces LED siga un aumento imparable. De hecho, según el Departamento de Energía de Estados Unidos, para 2027 se prevé que su uso generalizado permita ahorrar alrededor de hasta 348 TWh en comparación con el uso de otros sistemas.
Si te cuesta imaginar tanta energía junta, te lo ponemos más fácil: se trataría de la producción eléctrica anual de 44 plantas de 1000 megavatios y supondría un ahorro de más de 30 mil millones de dólares.
¿Cuánto calor emiten las bombillas CFL y LED?
Las luces LED emiten mucho menos calor, ya que como hemos visto, su mecanismo concentra la amplia mayoría de la energía en la generación de luz.
LED o CFL: ¿qué bombillas duran más?
Las bombillas LED duran más que las bombillas CFL. Con 250.00 o más horas de vida, un LED supera fácilmente los promedios de 8.000 horas de las luces fluorescentes compactas.
¿Dónde es mejor instalar bombillas LED?
Debido a la seguridad de su composición, las bombillas LED son las más adecuadas para instalar en los entornos laborales como oficinas o negocios. Además, como no se sobrecalientan, pueden utilizarse también en pequeños espacios de las viviendas, como los armarios y cajones.
También son adecuadas para los lugares de la casa que concentran las temperaturas más altas, como el baño, o la cocina, puesto que generan muy poco calor.
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