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ToggleLas chimeneas eléctricas son una alternativa a otros sistemas de calefacción y presentan varias características muy interesantes. ¿Quién no ha soñado alguna vez con estar sentado en el sofá o sillón a la luz de las llamas, sintiendo el calor en la cara?
Las chimeneas eléctricas de bajo consumo ofrecen la misma sensación acogedora que una chimenea tradicional, pero con muchas otras ventajas.
Cómo funcionan las chimeneas eléctricas
Las chimeneas eléctricas tienen un funcionamiento similar al de otros equipos de calefacción eléctricos. La corriente pasa por unas resistencias que se calientan. Un sistema de ventilación distribuye el calor por la estancia. A la vez, la chimenea cuenta con luces LED que crean el efecto de las llamas. Incluso se pueden cambiar de color. Algunos modelos tienen también pequeños altavoces que simulan los chasquidos de la madera ardiendo.
Las chimeneas eléctricas son muy fáciles de instalar, lo que significa que son tremendamente versátiles. No requieren de ningún tipo de infraestructura ni extracción de humos, por lo que prácticamente se pueden colocar en cualquier lugar. Existen chimeneas eléctricas que se ponen en el suelo, con patas o ruedas para que sean fáciles de mover, pero también hay otros modelos pensados para colgarse en la pared, empotrarlos o colocarlos dentro de muebles. Algunos modelos incluso vienen con un revestimiento de chimenea.
¿Cuánto consume una chimenea eléctrica?
Se puede consultar cuánto consume cada aparato en las especificaciones técnicas. La mayoría de las chimeneas eléctricas de bajo consumo tienen una potencia de entre 1000 y 2000 vatios. Dependiendo del tiempo que se encienda, el coste será mayor.
Pongamos de ejemplo una tarifa de luz que tenga un término de la energía a 0,12 €/kWh (aunque hay mejores tarifas de luz). Una chimenea eléctrica que funcione a una potencia de 1500 vatios costará 0,18 € a la hora. Si se utilizara durante 6 horas al día, el mes de 30 días costaría 32,40 €
Es importante considerar que muchos dispositivos ofrecen modos ecológicos, temporizadores y sistemas de regulación para optimizar el consumo de energía. Estos suelen detectar la temperatura de la habitación y ajustar la potencia del calor para mantener un ambiente confortable. Además, apagar las luces LED puede reducir aún más el consumo energético, aunque en el caso de las chimeneas eléctricas, esto también podría hacer que pierdan parte de su gracia.
Comparación con chimeneas de gas
Para saber si una chimenea eléctrica de bajo consumo es más eficiente que las de gas, hace falta coger lápiz, papel y calculadora. Las chimeneas de gas generan más calor, por lo que quizás sean más adecuadas para ambientes muy fríos. Esto se debe a que las chimeneas de gas sí utilizan una llama real.
No obstante, su instalación no es tan sencilla y será necesario hacer obras para poder garantizar una ventilación adecuada, así como modificar la instalación de gas para poder suministrar combustible a la chimenea. Además, el mantenimiento es más costoso y hay que limpiar la zona donde se produce la combustión para evitar obstrucciones potencialmente peligrosas.
Las chimeneas de gas consumen de media entre 0,9 y 1 metro cúbico de gas natural. Haciendo la conversión del poder calorífico superior, se puede estimar que consume alrededor de 1000-1200 varios por hora. Hay chimeneas más grandes, adaptadas a habitaciones que necesitan más potencia para alcanzar la temperatura idónea.
Teniendo en cuenta toda esta información, es posible que las chimeneas de gas sean más rentables a largo plazo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que requiere de una inversión inicial costosa. Además, no todo es el dinero. Una obra supone estrés, y tener que mantener una instalación de gas también lleva un coste sostenido en el tiempo. Por descontado, también son más peligrosas.
Comparación con chimeneas de bioetanol
Las chimeneas de bioetanol son una alternativa más similar a las chimeneas eléctricas. A diferencia de las chimeneas de gas, estas no requieren ninguna clase de salida de humos ni ventilación. Ni siquiera necesitan estar conectadas a la red eléctrica. Para generar la llama se utiliza un encendedor. Por tanto, es tan versátil y se puede colocar en tantos lugares como las chimeneas eléctricas de bajo consumo. Su mantenimiento también es muy sencillo, ya que el bioetanol no genera ceniza ni humo.
Sin embargo, ahí se acaban las ventajas. Y es que aunque generan una llama real que puede ser más agradable y calentar más rápido la estancia, el bioetanol es un combustible considerablemente más caro que la electricidad. Dependiendo del proveedor, el litro de combustible puede costar entre 3 y 6 €. Al precio se le une la incomodidad de tener que estar rellenando constantemente el depósito de combustible en lugar de contar con el flujo continuo de electricidad y la peligrosidad de manejar un material inflamable.
¿Una chimenea eléctrica u otra forma de calefacción?
Si la estética de la chimenea no es lo más importante, existen otros sistemas de calefacción que pueden ser más eficientes:
- Una de las opciones más populares en los últimos años es el suelo radiante. Consiste en un entramado de resistencias ubicadas debajo del suelo de la casa. Al irradiar el calor desde el suelo, se mantiene la temperatura de manera más efectiva. Su consumo depende del tamaño del hogar. En el caso de viviendas de 100 m², el consumo sería de alrededor de 130 €.
- Los radiadores de aceite suelen tener una potencia de 2000 W, el doble que las chimeneas eléctricas. Los radiadores eléctricos, por su parte, funcionan del mismo modo que las chimeneas eléctricas, por lo que el consumo es similar.
- Una instalación de calefacción por gas natural sí que es una opción más económica, aunque también puede que sea necesario hacer una obra para colocar las tuberías por las que irá el agua caliente. Además, mantiene la temperatura en toda la casa de manera eficiente.