La suerte de las eléctricas con sus beneficios caídos del cielo

La suerte de las eléctricas con sus beneficios caídos del cielo

Quién gana y quién pierde cuando sube el precio del gas

El mercado eléctrico de nuestro país no hace más que suscitar interrogantes y enfados. A raíz de la escalada de precios que se desató en el año 2021, tanto en Twitter como en el Congreso, todos hemos escuchado las mismas preguntas. ¿Estamos pagando agua a precio de champán? ¿Realmente compramos pollo a precio de solomillo? ¿A las eléctricas les caen los beneficios del cielo?

El sistema marginalista de asignación de precios para la electricidad ha sido criticado duramente tanto desde España como en el resto de Europa, principalmente desde países como Portugal, Francia, Grecia e Italia.

De hecho, en su día, este conjunto de territorios elevó una petición de reforma a la Comisión Europea, que ha manifestado estar de acuerdo en que este tipo de mercado “ya no funciona” y es necesario adaptarlo a “las condiciones modernas”. Precisamente, a raíz de este giro de timón, el organismo permitió hace unas semanas que España y Portugal pusieran en marcha el tope al precio del gas.

¿Cómo funciona el mercado eléctrico en España?

Nuestro mercado se rige por subastas de energía marginalistas entre los diferentes agentes que intervienen en el mercado de la electricidad. Estas comienzan a las 12 del mediodía, en el mercado diario de la electricidad, conocido como Pool.

En ese momento, las compañías comercializadoras de energía realizan sus ofertas de compra en función de la previsión que permita cubrir las necesidades de su lista de clientes para cada hora del día siguiente.

En ese momento, las compañías comercializadoras de energía realizan sus ofertas de compra en función de la previsión que permita cubrir las necesidades de su lista de clientes para cada hora del día siguiente.

Aquí ya nos encontramos diferentes paquetes según la cantidad de energía demandada y el precio que cada comercializadora esté dispuesta a pagar. Por ejemplo, la Comercializadora A puede necesitar 100 MWh sin establecer un límite de precio, en cambio, la Comercializadora B, tal vez demande la misma cantidad de energía siempre y cuando se la oferten por debajo de los 50 €/MWh.

Paralelamente, los generadores de energía también hacen sus ofertas de venta según sus intereses. Es decir, el Generador A está dispuesto a vender su paquete de 100 MWh para una hora determinada, pero el Generador B oferta la misma cantidad de energía para la misma hora a un precio más barato. O podría ocurrir también que el Generador A no pueda asumir esa cantidad de energía para ese momento concreto.

Curvas agregadas de oferta y demanda
Gráfico: The Conversation. Datos: https://www.omie.es

Y después de este tira y afloja por ambas partes, las ofertas respectivas se ordenan de menor a mayor precio, hasta conseguir cubrir el total de la demanda. El punto de convergencia de ambas será el precio de casación. Y aquí viene la explicación al término marginalista que define a este sistema: el precio de casación marca el coste para todas las ofertas de energía anteriores. Por tanto, si el Generador A, ofreció su paquete de energía a 50€/MWh, pero el punto de casación coincidió con el precio del Generador B, de 100€/MWh, el Comercializador A recibirá esa misma oferta de compra también. Y lo más importante: todas las ofertas que hayan excedido el precio de casación se quedan fuera del pool.

¿Qué son los beneficios caídos del cielo?

A esta asignación de precios para todos los paquetes en función del precio único de casación es a lo que se refieren algunos con la expresión beneficios caídos del cielo.

Los generadores que son capaces de producir la energía más barata, en general las renovables, ofertan sus paquetes a precios muy bajos, incluso a a precio cero, como podrían ser la centrales nucleares, cuya rentabilidad depende de la amortización de la compra y que además tienen como objetivo primordial no llegar nunca a apagar y encender la central, lo que saldría mucho más caro que regalar electricidad. Pues así, estos generadores no solo garantizan su entrada al pool, sino que además también aseguran la compra por parte de las comercializadoras.

De esta manera, con una oferta limitada a cubrir sus costes de producción les “caen del cielo” unos beneficios a las eléctricas que son los correspondientes a la diferencia de precio con la energía más cara, es decir, la que tiene grandes costes de producción asociados, normalmente aquellos relacionados con el gas y sus impuestos.

Sistema Pay As Bid

A raíz de esta situación, denunciada a bombo y platillo en medios y redes sociales como injusta, se ha empezado a hablar más de otras posibles opciones de sustitución de la asignación marginal de precios. La alternativa más comentada, es el sistema Pay As Bid, es decir, el tipo de mercado en el que al productor se le paga lo que realmente oferta.

¿Qué les depararía a los generadores con bajos costes de producción este tipo de sistema? En este caso, el Generador de turno, que no tendría la ganancia garantizada, ofertaría sus paquetes a un precio que cubriera sus costes de producción y lo incrementaría levemente, para asegurar un margen de beneficio sin llegar a superar el precio de casación. Entonces, ¿qué ocurriría cuando viera que podría haber subido más ese margen de ganancia? Pues lo que haríamos cualquiera de nosotros, subir más el precio para la siguiente apuesta.

Y aquí, es cuando numerosos expertos del sector energético defienden la teoría de que los precios seguirían incrementándose por parte de todos los generadores hasta equiparar los del sistema marginalista.

Numerosos expertos del sector energético defienden la teoría de que los precios seguirían incrementándose por parte de todos los generadores hasta equiparar los del sistema marginalista.

Si los precios van a ser los mismos, ¿qué sistema es mejor?

Hay dos pilares principales en los que se apoyan las diferentes personalidades y agentes del mundo de la economía y la energía que defienden el modelo marginalista en detrimento del Pay As Bid.

Por una parte, el sistema marginalista favorece la entrada al pool de aquellas generadoras de energías renovables. Como comentábamos, son estas las que tienen unos costes de producción más bajos que mejoran su oferta y aseguran la compra. En un mundo como el actual, en el que la huella de carbono y la sostenibilidad están siendo los claros protagonistas del desarrollo tecnológico, este factor cobra una importancia innegable.

Por otro lado, el sistema marginalista también evita los oligopolios. En el Pay as Bid, las principales generadoras del país serían capaces de anticiparse a ofertar la mayoría de la demanda necesaria para cada momento marcando el precio a su antojo y encareciéndolo.

El sistema marginalista favorece la entrada al pool de aquellas generadoras de energías renovables y evita los oligopolios.

En el sistema actual, la CNMC vigila constantemente los precios asegurando la transparencia y legalidad de las ofertas gracias a la ordenación en función de las tecnologías de generación; en un mercado como el Pay As Bid, en cambio, este seguimiento y detección sería muy difícil de realizar.

Como decíamos, el sistema marginalista no es único en nuestro país y se utiliza tanto en Europa como en muchos otros países extracomunitarios, ante la dificultad de adaptar las diferentes opciones de sistemas de pujas a las peculiaridades y necesidades del sector energético. Por lo que España no es el único territorio donde han surgido dudas y desconfianzas tras la vorágine de precios desatada desde 2021.

Y es que la discusión del sistema de casación de precios energéticos viene de lejos. En el año 2007, el Departamento del Tesoro de Nueva Zelanda, publicó el estudio Pricing in Wholesale Electricity Markets con el objetivo de comparar ambos sistemas y entender si el Pay As Bid ayudaría a rebajar el fuerte incremento del precio de la luz vivido desde finales de los años 90. La conclusión final era clara:

«Un sistema Pay As Bid acabaría por escalar los mismos precios que un sistema marginalista»

También en EEUU, cuna del libre mercado, se interesaron por este tipo de casación de precios y en el año 2008, su operador del sistema eléctrico (ISO) publicó un estudio comparativo de ambos mercados, que finalmente descartaba que las subastas Pay As Bid fueran a conseguir una rebaja en los precios de la luz para los consumidores, así como llamaba la atención sobre los posibles desajustes de eficiencia en el mercado que podría acarrear su implementación.


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