Las centrales hidráulicas de bombeo son utilizadas desde hace décadas, también como formas de gestión del agua en las cuencas hidrográficas de grandes ríos. El sistema consiste en aprovechar la electricidad sobrante en horas de baja demanda elevando agua en una presa, para volver a utilizarla en la generación hidroeléctrica cuando se necesite.

Esta forma de almacenamiento pasa por la transformación de la electricidad en otro recurso, pero con la diferencia de que, se trata de un combustible más adecuado para su aprovechamiento como sustituto de los derivados del petróleo en el transporte y la industria, siendo neutro en emisiones, siempre y cuando su obtención proceda de energía netamente renovable. La materia prima es el agua que, sometida a un proceso de electrolisis, se descompone en oxígeno e hidrógeno. Afortunadamente, este elemento es de los más abundantes en el planeta.

A base de sales fundidas, como en las centrales termosolares, permite almacenar electricidad a escala de gigavatios, siendo al mismo tiempo eficiente y económico, lo que resulta fundamental en el diseño de las redes energéticas del futuro. La clave está en la capacidad de algunas sales como los nitratos de sodio y de potasio para conservar el calor a altas temperaturas; por encima de los 240 ºC, las sales se funden, pudiendo alcanzar incluso los 550ºC en plantas fototérmicas de torre. Esas sales líquidas calientes se pueden utilizar después para la conversión térmica-eléctrica, permitiendo generar electricidad de noche o en días con menor radiación solar.

Es una instalación industrial donde la radiación proveniente del sol calienta un fluido hasta que alcanza un nivel termodinámico. Este nivel permite generar la potencia suficiente para remover un alternador.

Organismo público centrado en los ámbitos de la energía y el medio ambiente y los campos tecnológicos relacionados con ambos. Busca servir de puente entre la I+D+i y los objetivos de interés social. Apoya y ayuda al impulso de la innovación y un nuevo modelo económico basado en el conocimiento.

Es el DNI de nuestra conexión a la red eléctrica. Y de forma similar a nuestro documento de identificación, ese código es único para cada uno de los 28 millones de consumidores conectados a la red. Es necesario para cualquier gestión relacionada con la luz, ya que contiene los datos que usan las comercializadoras para formalizar el contrato y será lo primero que te pidan si quieres realizar una consulta o un cambio de compañía. Además, figura en la factura y es lo primero que conviene tener a mano, si nos proponemos mejorar las condiciones y buscar alternativas para ahorrar en el gasto eléctrico. El código CUPS lo asigna la compañía distribuidora.

En términos no muy técnicos es la energía que posee un cuerpo a causa de un movimiento. La capacidad de trabajo que hace que un objeto pase de estar quieto a moverse.

Son aquellas que tienen como fuente de energía un recurso natural inagotable, como el sol, el viento, el agua o la biomasa. Además, se caracterizan por no utilizar combustibles fósiles, por lo que no producen gases de efecto invernadero (GEI) u otros gases contaminantes, que son los que causan el cambio climático. También se les llama energía verde.

Es un fondo que nació en 2021 con el objetivo de asumir los costes asociados al régimen retributivo específico de las renovables, cogeneración y residuos. El mismo asciende a unos 7.000 millones de euros al año, por las inversiones que se hicieron en la primera parte del siglo. El fondo fue creado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para:

• Evitar subidas en el precio de la electricidad.
• Señalar de manera clara la electrificación de la economía.
• Aportar certidumbre, sostenibilidad y equilibrio al sistema para conseguir las inversiones necesarias en los años posteriores.

Son las horas donde las tarifas con discriminación horaria tienen un precio moderado.

Es el horario donde nadie quiere ni enchufar ni consumir luz porque es donde el precio kWh es más caro.

La hora querida y mimada de la casa, las horas de consumo de electricidad son más baratas.

El precio lo fija la empresa, además lo publicita y lo pone en el contrato. Si en las compañías telefónicas sabemos lo que vamos a pagar por cada minuto de llamada, esto sigue la misma línea: sabes cuánto te va a costar cada kWh que consumas.

Depende de la tarifa PVPC que cambia todos los días y cada hora en base a la oferta-demanda entre quienes producen energía y quienes la venden. Según la franja horaria en la que consumas, te costará más o menos.

OMIE es Operador del Mercado Ibérico de Energía, es el operador de mercado eléctrico designado (NEMO, según la terminología europea) para la gestión del mercado diario e intradiario de electricidad en la Península Ibérica. Este sistema es un libre mercado, lo que significa que la generación y comercialización de energía es libre, aunque el Estado aún interviene en cuanto a transporte y mantenimiento de redes (REE).

Aprobado a finales de 1997 pero que no entró en vigor hasta febrero de 2005. Con 192 partes, pone en funcionamiento la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático comprometiendo a los países industrializados a limitar y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de conformidad con las metas individuales acordadas. En resumen, la Convención pedía a los países que adoptaran medidas para luchar contra el cambio climático y que informaran de vez en cuando.

A través de unos cables subterráneos y centros de transformación hacen que la energía llegue hasta el cliente final.

REE es Red Eléctrica de España es el transportista único y operador (TSO) del sistema eléctrico español. Ejerce esta misión bajo los principios de transparencia, objetividad, independencia, eficiencia económica, y un firme compromiso con el desarrollo sostenible.

Almacenan electricidad en un campo magnético, generado haciendo circular una corriente eléctrica por cables superconductores. La energía se libera descargando las bobinas sin pérdida de carga, gracias a la superconductividad que, de momento, sigue teniendo el problema de la temperatura óptima de funcionamiento, que es extremadamente baja, lo que supone una gran inversión en energía inicial para alcanzarla y mantenerla de forma estable. Las esperanzas están depositadas en los avances con nuevos materiales superconductores a temperatura ambiente. Pero seguimos hablando de futuro.